Quisiera estar equivocado...

(Imagen: Churchcrunch)

Quisiera estar equivocado y saber que no iba a contraer un tumor en el cerebro debido a los largos años de utilización del móvil sin precaución alguna.

Conocer que lo del tabaco no se iba a repetir con las operadoras de telefonía.

Saber que los estudios financiados por la industria no dejaban nada en el tintero.

Quisiera estar equivocado...

Quisiera conocer que los niños iban a estar suficientemente protegidos y que en su futuro no se cruzase la enfermedad por exposición a campos electromagnéticos mientras crecían.

Quisiera estar equivocado al pensar que una exposición permanente a las radiaciones de antenas de telefonía cercanas podían afectar a nuestra salud.

Quisiera estar tan equivocado como quien piensa que estas radiaciones pueden dañar las cadenas de ADN, como aquellos que piensan que afecta negativamente a la gándula pineal y la melatonina, o como aquellos que han estudiado que afecta al ión calcio, que activan proteínas del estrés, o que acelaran la aparición de ciertos tipos de tumores.

Quisiera estar equivocado y descubrir que los politicos se han preocupado primero por nuestra salud, del medioambiente y del futuro de nuestros pequeños.

Quisiera estar equivocado...

Descubrir que las resoluciones del Parlamento Europeo no tenían ninguna base sólida, y ver que tantas organizaciones y agrupaciones de todo el mundo también estaban equivocadas.

Conocer que la lucha de muchos vecinos, padres/madres, científicos, ciudadanos,... personas, al fin y al cabo, era errónea.

Quisiera estar equivocado...

Pero,... ¿y si no lo estoy?