Seguramente has oído hablar del mundo de los créditos en línea y de todas esas opciones que tienen lugar para propuestas tan atractivas como los préstamos con asnef. Los bancos y las financieras se han puesto de acuerdo para ofrecer facilidades a los consumidores para que no tengan problemas a la hora de afrontar ningún pago, y para ello se han apoyado sobre todo en internet.
Ahora contamos con un enorme abanico de créditos online que se esfuerzan muchísimo por hacernos las cosas más fáciles, y lo cierto es que lo consiguen; pero tampoco podemos pasar por alto que distan de ser productos completamente perfectos y que también tienen ciertos factores que juegan tanto en su contra como en la de los consumidores.
A pesar de todo, es gracias a su nacimiento por lo que puedes hacerte con un primer crédito gratis, sin pagar intereses ni comisiones. Pero no dejemos que los árboles nos impidan ver el bosque. Vamos a repasar las ventajas y las desventajas de los créditos por internet para ver cuánto de bueno y de malo hay en ellos, para poder ver si la balanza se equilibra o se desequilibra, y hacia qué lado lo hace.
Un repaso que, además, te servirá para conocer las principales características de estos préstamos que tanto se mueven a través del panorama digital y que tantas soluciones están trayendo a los hogares.
Las ventajas de los créditos online
Si tomamos como referencia las promociones de los préstamos de 300 euros online que se pueden encontrar por la red, podemos ver rápidamente cuáles son la ventajas de estos créditos que se ofrecen en la red de redes. Sus comodidades y facilidades son los que los han hecho despuntar tanto en los tiempos que corren.
La primera de sus ventajas es la rapidez y la facilidad de gestión. No son productos económicos que requieran toneladas de documentación ni realizar largos procesos de solicitud, solo exigen que se rellene un sencillo formulario con varios datos fundamentales para la financiera o la entidad bancaria. Olvídate de concertar reuniones o esperar el turno en citas con los bancos.
Todo se gestiona a través de plataformas online, lo que hace que sea tan fácil de realizar todo el trámite. El único caso en el que puede surgir alguna complicación es en el caso de que el solicitante sea una persona que figura en ASNEF. En esa situación, se debe aportar un documento adicional que asegure a la entidad que se pueden cumplir los plazos, por lo que es más que suficiente con una nómina.
Las promociones de muchas financieras permiten disfrutar de estos préstamos sin intereses de ninguna clase, pagando única y exclusivamente el importe de dinero solicitado. Además, en el caso de ser préstamos rápidos, estos se conceden al instante, algo que resulta realmente interesante en casos en los que la urgencia sea real.
Todas estas son las grandes bondades que hacen destacar a los créditos en línea, a las que tenemos que sumar también una más que considerable flexibilidad a la hora de cubrir los plazos. Si se produce un impago, es fácil solicitar una prórroga para poder cumplir con las responsabilidades contraídas, aunque también es cierto que algunas cantidades suman en estas ocasiones cargos adicionales por las prórrogas.
Las desventajas de los créditos online
Hemos hablado de la parte buena, pero también tenemos que mencionar las desventajas de los créditos online. Es cierto que son productos económicos tremendamente interesantes, sobre todo para casos de extrema necesidad; pero hay que saber también que les acompaña una letra pequeña que no se debe pasar por alto.
De hecho, su mayor desventaja son sus intereses. Cuando pides un préstamo online, sobre todo uno rápido, suele estar acompañado de unos altos porcentajes que obligan a pagar una suma adicional considerable. Lo general se mueve normalmente en torno al 10% de intereses, algo que demuestra con un sencillo ejercicio matemático que se acaba pagando bastante más.
También es cierto que antes hemos hablado de las promociones que anulan estos porcentajes adicionales, pero aquí entra en juego la otra desventaja: están sujetas a unas condiciones muy estrictas que, normalmente, siempre se limitan a un importe de 300 euros de préstamo a pagar en un plazo de 30 días. No hay más opciones ni alternativas.
Como puedes ver, al final la balanza se decanta más por el lado positivo que el negativo. Puede que pagar más sea una pega importante, pero lo cierto es que, por otra parte, se ofrecen tantas cosas positivas que es imposible no plantearse la opción de recurrir a esta clase de créditos. Solo necesitas entrar en la red para encontrar miles de opciones diferentes.